miércoles, febrero 08, 2006

¿Libertad de expresión o expresión de opresión?

Miércoles, 8 de febrero de 2006
Juan CAraballo Resto
Experto en Antropología de la Religión


El pasado 30 de septiembre el periódico danés Jyllands-Posten publicó una serie de caricaturas en la que se satirizaba al profeta Mahoma.

Como un experimento para conocer los límites de la autocensura en Dinamarca por la presión musulmana, el redactor de dicho periódico, Flemming Rose, animó a los dibujantes daneses a que le enviaran caricaturas del profeta del Islam al enterarse que el autor de un libro sobre Mahoma no encontraba ilustradores para su obra por miedo. Al final, sólo recibió 12 dibujos, los cuales fueron publicados en serie.

En la historieta, aparece el fundador del Islam luciendo un turbante en forma de bomba presta para estallar, mientras que otro dibujo lo presenta como un nómada que empuña un cuchillo, flanqueado por dos mujeres vestidas con velos negros.

Como era de esperar, los musulmanes en todo el mundo han expresado su enojo e indignación sobre las caricaturas, ya que en el Islam se considera una blasfemia cualquier imagen del profeta. Todos ellos, a través de protestas que van desde sanciones diplomáticas, boicots, hasta incendios a embajadas europeas y amenazas de muerte al editor y caricaturista, denuncian la falta de sensibilidad y respeto hacia su fe .

Sin embargo, el Jyllands-Posten se reafirma en que las reacciones por parte del mundo musulmán evidencian una falta de comprensión sobre la libertad de prensa y expresión, cualidad esencial de las llamadas sociedades democráticas. Por tal motivo, la semana pasada rotativos como Die Welt, de Alemania; La Stampa, de Italia; France-Soir, de Francia y El Periódico, de España se han solidarizado con los daneses reproduciendo la tirilla satírica, defendiendo así también, su derecho a la libertad.

Ante este cuadro, me parece relevante preguntarse: ¿era necesario publicar las viñetas que identifican a Mahoma con la violencia para hacer el experimento o bastaba con reproducir las otras diez? ¿Es necesario insultar, ridiculizar o humillar gentes de creencias distintas para demostrar que la libertad de expresión es un derecho humano fundamental?

Me parece que en nuestras sociedades democráticas la libertad de expresión debe estar sujeta a otros derechos elementales, como lo es la dignidad propia del hombre y la mujer, especialmente los extranjeros. De la misma forma en que la libertad de prensa no puede amparar la descalificación gratuita de personas e instituciones, tampoco creo que deba proteger a quienes agreden las creencias religiosas de una parte de la sociedad, pues dichas creencias forman parte del meollo mismo de la dignidad humana.

Sin lugar
a dudas, la libertad sin sabiduría y control resulta en opresión y brutalidad. Por tanto, publicar afirmaciones que laceran a las personas en sus convicciones religiosas no es libertad. Todo lo contrario: es un acto de marginación y crueldad. Peor aún, la publicación se produjo, además, en un momento en que Dinamarca ya vivía un tenso enfrentamiento con la minoría musulmana, el 4% de la población. Muestra de ello son las declaraciones de la reina danesa y cabeza de la Iglesia local, efectuadas al periódico británico The Daily Telegraph en abril pasado en las que dijo: “Tenemos que mostrar nuestra oposición al Islam y tenemos que correr el riesgo de que se nos pongan etiquetas desagradables, porque hay cosas por las que no deberíamos mostrar tolerancia”.

En momentos donde los brazos islamistas estan alzados, Estados Unidos libra su “guerra contra el terror” y los europeos exhiben una gran aversión hacia el Islam y los musulmanes, la publicación consecutiva de estas caricaturas es una clara invitación a la violencia. La ofensa a las creencias religiosas es, sin duda, de los mayores peligros que amenazan la estabilidad del mundo.

Sólo tenemos que hacer un poco de memoria para darnos cuenta que las sangrientas cruzadas, inquisiciones y holocaustos que han conformado nuestra historia han sido provocadas por “guerras santas”.

Desgraciadamente, el debate sobre la publicación de las viñetas ofensivas dará más pretextos a los radicales y terroristas que usan la religión como excusa para sus acciones. La ofensa no debe reemplazar al diálogo respetuoso como arma principal de la libertad de expresión.

Un diálogo franco sobre las diferencias entre Islam y Occidente puede resultar más productivo, que las agresiones verbales y visuales que predominan hoy los intercambios de ambas partes.

El autor es estudiante doctoral de Antropología de la Religión en la Universidad de Aberdeen (Reino Unido).

1 Comments:

At 8:45 p. m., Blogger José M. López Sierra said...

Saludos Compañeros,

Tenemos que trabajar juntos para descolonizar a Puerto Rico y excarcelar a Oscar López Rivera. ¡Únete a 2 protestas pacíficas hasta descolonizar a Puerto Rico!

Un abrazo,
José
www.TodosUnidosDescolonizarPR.blogspot.com

 

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