viernes, febrero 17, 2006

Periodistas difunden abuso del FBI


Viernes, 17 de febrero de 2006

Por Cynthia López Cabán
End.cynthia.lopez@elnuevodia.com


Al reiterar que el Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) “miente” y “encubre” una acción injustificable de sus agentes, los líderes de las organizaciones de periodistas del país denunciaron ayer una ofensiva para denunciar ante diversos foros nacionales e internacionales los atropellos que sufrieron a manos de este cuerpo policiaco el pasado viernes.

Ese día, agentes federales que allanaban un apartamento en el edificio De Diego 444 golpearon, arrastraron y rociaron con gas pimienta a los reporteros que cubrían el operativo.

Días después, el jefe del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, señaló que los periodistas provocaron el enfrentamiento al interferir con la labor de sus agentes.

Las fotografías, los vídeos y los testimonios de los periodistas agredidos, sin embargo, atestiguan otra realidad.

Ayer organizados como un frente común, la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (Asppro), el Overseas Press Club, la Asociación de Fotoperiodistas y el Centro para la Libertad de Prensa indicaron que la primera gestión para lograr que se adjudique responsabilidad por lo sucedido será enviar copias de los vídeos y cartas explicativas al Departamento de Justicia de Estados Unidos, la dirección del FBI, el Inspector General del Departamento de Justicia, las dos comisiones congresionales que supervisan al FBI y la Casa Blanca.

También delatarán la situación ante organizaciones defensoras de los derechos de los periodistas como Reporteros sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa, así como organizaciones que velan por los derechos civiles.

“El Sr. Fraticelli debe saber que seguiremos adelante con nuestras gestiones, que no nos dejaremos intimidar por sus intentos de responsabilizar a la prensa por lo sucedido y que ante el pueblo... está claro que el ataque no se justificaba de ninguna manera”, afirmó Oscar Serrano, presidente de la Asppro en una rueda de prensa.

Además, emplazó al jefe de FBI a que presente la evidencia que tenga en su poder y que apoye su versión de los hechos. “El no puede hablar de que tiene evidencia. La tiene que presentar”, aseveró Serrano.

Planteó también que la renuencia de Fraticelli a recibir y contestar una carta que le fue cursada por las organizaciones periodísticas confirma que “miente” y que “está encubriendo la actuación inexcusable y criminal de sus agentes”.

Las organizaciones, además, darán seguimiento a las querellas criminales que radicaron ante el Departamento de Justicia de Puerto Rico, los reporteros Cosette Donalds Brown de WKAQ Radio, Joel Lagos de Radio Puerto Rico, Normando Valentín y Víctor Sánchez, ambos de Noticentro.

Serrano añadió que sólo se concentrarán en los ataques a la prensa para evitar que la acción se interprete como un asunto político partidista. El día que fueron agredidos los periodistas, el FBI allanaba residencias de personas vinculadas a la lucha por la independencia de Puerto Rico.

Solidaridad de otras entidades

Por su parte, la presidenta de la Comisión de Derechos Civiles, Palmira Ríos, anunció que ese organismo realizará vistas públicas sobre el asunto, mientras que el representante en Puerto Rico de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), William Ramírez, indicó que dicho cuerpo también realiza gestiones que podrían desembocar en una demanda.

Mientras, Margarita Sánchez, directora ejecutiva de Amnistía Internacional, Sección de Puerto Rico, dijo que divulgará lo acontecido a través de la organización, que vela por los derechos humanos.

Por su lado, el presidente del Colegio de Abogados, Julio Fontanet, se ofreció a proveer asesoramiento legal y representación a los reporteros cuyos medios no les provean apoyo.

A la rueda de prensa, que se efectuó en el Taller de Fotoperiodismo en Puerta de Tierra, asistieron los directivos de varios medios del país como Larry Sanz, gerente general de Univision; Luis Alberto Ferré Rangel, director de El Nuevo Día; Rubén Keoseyán, director de Primera Hora; Luis Torres Negrón, director de noticias de TUTV; Laura Candelas, coordinadora general de Radio Universidad de Puerto Rico; e Ismael Nieves y Luis Penchi, de Radio Isla, entre otros.

sábado, febrero 11, 2006

Mohler: “es una persecución más”

Sábado, 11 de febrero de 2006

Por Ricardo Cortés Chico
rcortes@elnuevodia.com

Mayagüez - Más de una treintena de agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) allanaron ayer las oficinas del Comité Ecuménico para el Desarrollo Económico Comunitario (CEDECO) en el poblado Rosario de San Germán y la residencia del subdirector de esta entidad William Mohler García, en el barrio El Limón de Mayagüez.

Los agentes, muchos de los cuales mantenían sus rostros cubiertos, vestían fatigas militares y portaban armas largas. En la mañana de ayer ocuparon por sorpresa ambas estructuras, llevándose documentos, vídeos, discos compactos, computadoras y teléfonos móviles, entre otros objetos.

De acuerdo con Mercedes Marina Rodríguez, esposa de Mohler García, y quien se encontraba durmiendo en la residencia al momento del operativo, los agentes federales “revisaron hasta los medicamentos que hay en la casa”. Precisó que de la residencia se llevaron afiches que portaban mensajes de paz, dos computadoras, discos compactos, documentos de viaje, recibos de pago de contribuciones, directorios telefónicos, tarjetas de presentación, estados de cuenta bancarios, y escritos relacionados a proyectos y préstamos estudiantiles y de desarrollo comunitario.

En cambio, según Mohler, en las oficinas de CEDECO el FBI ocupó alrededor de seis computadoras, varios documentos, el teléfono móvil de Mohler, discos compactos, “floppy drives”, y videocintas.

De acuerdo con Rodríguez, la intervención en su residencia la dirigió el agente Julio Nazario, del FBI.

Durante el operativo se pudo observar a personal del FBI tomándole fotos a los periodistas y los curiosos que llegaron frente a la residencia donde se conducía el operativo.

Según el subdirector de CEDECO, no existe “ninguna” razón por la cual se pueda dudar de la integridad de los trabajos de esta organización y atribuyó el operativo a su activismo a favor de la independencia de la Isla. Entretanto, Rodríguez se negó a contestar si el operativo está relacionado al supuesto contacto entre su esposo y el fenecido dirigente del Ejército Popular Boricua, mejor conocido como Los Macheteros, cuando este último permanecía en el clandestinaje.

Sin embargo, apuntó que el operativo es “una persecución más que se realiza tras la muerte de Ojeda Ríos. Yo creo que llevan tiempo vigilándonos. Yo los sentía por el área”.

Poco antes de que los agentes del FBI se marcharan de la residencia de Mohler y Rodríguez, dos abogados miembros de la Coordinadora Rompiendo El Perímetro, llegaron hasta el área del operativo para “ofrecer asesoría legal a los afectados”.

El FBI accedió en dejar que el abogado Federico Comas Montalvo se acercara a la verja frontal de la residencia, desde donde pudo dialogar por poco tiempo con Rodríguez, quien ese entonces aún permanecía detenida por los oficiales.

Repudio colectivo al exceso de fuerza contra la Prensa

Sábado, 11 de febrero de 2006

Por Daniel Rivera
end.drivera@elnuevodía.com


La agresión contra periodistas ayer por agentes del Negociado Federal de Investigaciones generó una ola de críticas tanto de los grupos de prensa del país como de defensores de los derechos humanos.

Miguel Rosa, presidente de la Asociación de Fotoperiodistas, expresó que lo irónico es que antenoche estaban reunidos con el superintendente de la Policía Pedro Toledo para discutir la interacción de periodistas con agentes de seguridad.

“Salimos con la esperanza de que estos incidentes no iban a volver a ocurrir, aunque sabemos que ésto no fue con estatales sino con federales. Nos sentimos disgustados por la manera en que nos han tratado como periodistas y fotoperiodistas y ellos siempre han tratado de intimidarnos mientras hacemos nuestro trabajo, pero que sepan que no vamos a claudicar en nuestro oficio de mantener al pueblo bien informado”, dijo Rosa.

Helga Serrano, directora del Centro para la Libertad de Prensa, destacó que no hubo esfuerzo de diálogo.

“Me parece que no es manera de proceder, que debe haber una manera más adecuada de proceder con la prensa. Creo que se debe dialogar y llegar a unos entendidos. Censuramos cualquier agresión y más si envuelve violencia”.

En un comunicado de prensa, la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO) detalló la intención casi criminal que reflejan los vídeos y las fotos de lo ocurrido, y no se descarta que sea en represalia por la cobertura.

“Los agentes no usaron la fuerza y el gas para defenderse, los usaron ofensivamente para atacar a la prensa", dijo Oscar Serrano, presidente del gremio.

El Club Ultramarino de Prensa también expresó su repudio por lo ocurrido.

Mientras, Amnistía Internacional envió un comunicado en el que expresa preocupación por la forma en que el FBI condujo los allanamientos.

“Además de
haber hecho uso excesivo de la fuerza con esta acción, el FBI violó los derechos humanos y civiles de los periodistas y el derecho de la comunidad a ser informada”, se indicó.

miércoles, febrero 08, 2006

¿Libertad de expresión o expresión de opresión?

Miércoles, 8 de febrero de 2006
Juan CAraballo Resto
Experto en Antropología de la Religión


El pasado 30 de septiembre el periódico danés Jyllands-Posten publicó una serie de caricaturas en la que se satirizaba al profeta Mahoma.

Como un experimento para conocer los límites de la autocensura en Dinamarca por la presión musulmana, el redactor de dicho periódico, Flemming Rose, animó a los dibujantes daneses a que le enviaran caricaturas del profeta del Islam al enterarse que el autor de un libro sobre Mahoma no encontraba ilustradores para su obra por miedo. Al final, sólo recibió 12 dibujos, los cuales fueron publicados en serie.

En la historieta, aparece el fundador del Islam luciendo un turbante en forma de bomba presta para estallar, mientras que otro dibujo lo presenta como un nómada que empuña un cuchillo, flanqueado por dos mujeres vestidas con velos negros.

Como era de esperar, los musulmanes en todo el mundo han expresado su enojo e indignación sobre las caricaturas, ya que en el Islam se considera una blasfemia cualquier imagen del profeta. Todos ellos, a través de protestas que van desde sanciones diplomáticas, boicots, hasta incendios a embajadas europeas y amenazas de muerte al editor y caricaturista, denuncian la falta de sensibilidad y respeto hacia su fe .

Sin embargo, el Jyllands-Posten se reafirma en que las reacciones por parte del mundo musulmán evidencian una falta de comprensión sobre la libertad de prensa y expresión, cualidad esencial de las llamadas sociedades democráticas. Por tal motivo, la semana pasada rotativos como Die Welt, de Alemania; La Stampa, de Italia; France-Soir, de Francia y El Periódico, de España se han solidarizado con los daneses reproduciendo la tirilla satírica, defendiendo así también, su derecho a la libertad.

Ante este cuadro, me parece relevante preguntarse: ¿era necesario publicar las viñetas que identifican a Mahoma con la violencia para hacer el experimento o bastaba con reproducir las otras diez? ¿Es necesario insultar, ridiculizar o humillar gentes de creencias distintas para demostrar que la libertad de expresión es un derecho humano fundamental?

Me parece que en nuestras sociedades democráticas la libertad de expresión debe estar sujeta a otros derechos elementales, como lo es la dignidad propia del hombre y la mujer, especialmente los extranjeros. De la misma forma en que la libertad de prensa no puede amparar la descalificación gratuita de personas e instituciones, tampoco creo que deba proteger a quienes agreden las creencias religiosas de una parte de la sociedad, pues dichas creencias forman parte del meollo mismo de la dignidad humana.

Sin lugar
a dudas, la libertad sin sabiduría y control resulta en opresión y brutalidad. Por tanto, publicar afirmaciones que laceran a las personas en sus convicciones religiosas no es libertad. Todo lo contrario: es un acto de marginación y crueldad. Peor aún, la publicación se produjo, además, en un momento en que Dinamarca ya vivía un tenso enfrentamiento con la minoría musulmana, el 4% de la población. Muestra de ello son las declaraciones de la reina danesa y cabeza de la Iglesia local, efectuadas al periódico británico The Daily Telegraph en abril pasado en las que dijo: “Tenemos que mostrar nuestra oposición al Islam y tenemos que correr el riesgo de que se nos pongan etiquetas desagradables, porque hay cosas por las que no deberíamos mostrar tolerancia”.

En momentos donde los brazos islamistas estan alzados, Estados Unidos libra su “guerra contra el terror” y los europeos exhiben una gran aversión hacia el Islam y los musulmanes, la publicación consecutiva de estas caricaturas es una clara invitación a la violencia. La ofensa a las creencias religiosas es, sin duda, de los mayores peligros que amenazan la estabilidad del mundo.

Sólo tenemos que hacer un poco de memoria para darnos cuenta que las sangrientas cruzadas, inquisiciones y holocaustos que han conformado nuestra historia han sido provocadas por “guerras santas”.

Desgraciadamente, el debate sobre la publicación de las viñetas ofensivas dará más pretextos a los radicales y terroristas que usan la religión como excusa para sus acciones. La ofensa no debe reemplazar al diálogo respetuoso como arma principal de la libertad de expresión.

Un diálogo franco sobre las diferencias entre Islam y Occidente puede resultar más productivo, que las agresiones verbales y visuales que predominan hoy los intercambios de ambas partes.

El autor es estudiante doctoral de Antropología de la Religión en la Universidad de Aberdeen (Reino Unido).